11 Abr Guía para saber elegir una impresora 3D
La aparición de la impresión 3D hace algunos años ha transformado la dinámica en múltiples sectores al brindar la posibilidad de fabricar piezas sin depender de una gran infraestructura industrial. Esto ha generado nuevos modelos de negocio que antes eran inalcanzables a pequeña escala o simplemente no eran viables. Por esta razón, hemos elaborado una guía de compra para aquellos interesados en adquirir una impresora 3D.
Al igual que sucede con las impresoras convencionales de papel, existen diversos tipos de impresoras 3D, cada una con sus propias especificaciones y dirigidas a distintos mercados. Es fundamental identificar nuestras necesidades antes de elegir un modelo específico que se adapte a ellas.
¿Qué tipo impresora 3D comprar?
El primer tipo de material que se utiliza en impresión 3D es un filamento de termoplástico, especialmente diseñado para las impresoras FDM (Modelado por Deposición Fundida). Estas impresoras funcionan de manera similar a las pistolas de pegamento caliente: calientan el filamento de plástico y lo depositan capa por capa para crear el objeto deseado. Este filamento puede estar compuesto de diversos materiales, como fibras de carbono o nylon, cada uno con diferentes niveles de flexibilidad y dureza, adaptándose así a distintos tipos de proyectos. Es el tipo de filamento más comúnmente utilizado en entornos domésticos.
En las impresoras FDM, es importante considerar una serie de elementos que afectan al nivel de detalle que se puede lograr. Factores como la posición de los ejes y el grosor de las capas de filamento son cruciales para obtener resultados precisos y de calidad en nuestros proyectos de impresión 3D.
Impresoras 3D SLA y DLP
Impresoras SLS
Además de las impresoras 3D por deposición de material fundido (FDM) y de las impresoras de resina (SLA, DLP y MSLA), en el mercado también podemos encontrar impresoras por sinterización selectiva por láser, más conocidas como SLS.
Las impresoras SLS utiliza un láser para imprimir objetos en 3D y, a diferencia de lo que muchos usuarios piensan, de origen se remonta a los años 80, y permite utilizar funciona con diferentes tipos de materiales como el cristal, la cerámica y nylon entre otros.
¿Qué debo de tener en cuenta?
Como paso adicional te recomendamos que si vas a comprar una impresora 3D por primera vez procures que esta venga ya montada. De paso te recomendamos que sepas cómo calibrar la cama sobre la que imprimirás, especialmente si has optado por una del tipo FDM. Por lo que debes asegurarte que la distancia entre la superficie de impresión y la boquilla este en los 0,2 mm.
Volumen necesario para trabajar
Una impresora 3D lo que hace es imprimir capa por capa en un espacio que es un cubo y, por tanto, las construcciones que podrás realizar dependerán de dicho espacio. Si tu objetivo es crear piezas pequeñas que unirás más tarde entonces una impresora 3D compacta es la solución más adecuada. La mayoría de las impresoras son de 20 x 20 x 20 centímetros, aunque también las puedes encontrar con volúmenes superiores como por ejemplo 22 x 22 x 25 cm.
Si tenemos espacio para una impresora 3D de mayor volumen, entonces podemos optar por la de formato superior, de las que nos podemos encontrar modelos con un volumen de 30 x 30 x 40 cm e incluso de 50 x 50 x 40 cm. Por lo que ten en cuenta cuál será la aplicación que le darás a tu impresora 3D a la hora de comprar y qué aplicación le darás.
Rendimiento de una impresora 3D
No es lo mismo comprar una impresora 3D para uso doméstico que profesional, ya que el nivel de exigencia no es el mismo. Por lo que si tienes pensado crear un taller donde los medios de producción sean precisamente estos dispositivos, una mala elección te puede dejar en una situación muy mala.
Lo primero que tienes que mirar es la velocidad, pero alto, los fabricantes suelen indicar la velocidad máxima que se puede conseguir fabricando objetos con muy mala precisión. Por lo que, si necesitas un alto nivel de detalle en tus construcciones, ten en cuenta que velocidad y nivel de detalle están en polos opuestos y, por tanto, totalmente reñidos.
Otro punto que tienes que mirar es el sistema de extrusión, si optamos por una impresora FDM, aquí hemos de aclarar que si queremos darle un empleo profesional entonces te recomendamos usar un sistema de doble extrusión, lo que nos ayuda a disminuir considerablemente los tiempos de impresión.
Tipos de sistemas de extrusión
Las impresoras FDM hacen uso de dos tipos de extrusiones distintos, el sistema Bowden es el más habitual y lo vas a ver en las impresoras 3D de bajo presupuesto. El problema viene a la hora de tratar ciertos materiales y que si vas a comprar una impresora 3D ten en cuenta que tipo de materiales vas a necesitar, ya que entonces tendrás que optar por los sistemas de extrusión directa, los cuales no solo tienen la capacidad con todo tipo de materiales, sino que tardan mucho menos tiempo a la hora de trabajar.
Software de impresión
A menudo pasamos por alto la importancia del software cuando hablamos de dispositivos de este tipo. Sin embargo, el software que acompaña a una impresora 3D puede marcar una gran diferencia. Aquellas marcas que invierten en un software intuitivo, fácil de usar y libre de fallos suelen destacar frente a la competencia. Al igual que con un ordenador, el sistema operativo que utiliza una impresora 3D determina en gran medida su utilidad y eficiencia, lo que lo convierte en un aspecto crucial a considerar.
Una de las características clave que define la calidad del software es su capacidad para gestionar la resolución de impresión. Esta función es fundamental, ya que se encarga de traducir los diseños digitales en instrucciones que la impresora puede entender. Por lo tanto, la calidad del software influye directamente en la calidad final del producto impreso. Es importante optar por un software de alta calidad para garantizar resultados óptimos en nuestros proyectos de impresión 3D.
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